Muro de los Lamentos, un sitio sagrado para los judíos

Cuando estaba en el curso de turismo rural organizado por MASHAV nos llevaron a Jerusalén por el día en una excursión. Son dos horas en carro desde Haifa, donde estábamos hospedados, hasta Jerusalén. Nuestra primera parada fue en el Museo del Holocausto Yad Vashem y luego continuamos a la ciudad vieja. Esta ciudad es importante para los judíos porque es donde se encuentra el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos.

Al igual es importante para los cristianos, ya que se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro, donde crucificaron y enterraron a Jesús. Y para los musulmanes por la Cúpula de la Roca y la mezquita de al-Aqsa.

No es de sorprender a cualquiera que Jerusalén sea un sitio que recibe turismo de peregrinos de las tres religiones principales del mundo. Además, es un sitio controversial, ya que Israel y Palestina, ambas la consideran su capital.

Jerusalén es Patrimonio de la Humanidad

La ciudad vieja de Jerusalén tiene 0.9 kilómetros cuadrados (90 hectáreas) que la hace relativamente pequeña para su importancia mundial. Tradicionalmente, fue dividida en cuatro: el Barrio Musulmán, el Barrio Judío, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio. Nosotros pasamos por todos.

El barrio árabe es puras compras, al igual que el cristiano al que se le suma el tema religioso. La bulla se detiene cuando finalmente llegas al barrio judío, sólo hay algunos restaurantes y tiendas un poco más refinadas (sin el acoso típico de las medinas).

La mayoría de la población es musulmana, ya que los judíos fueron expulsados en 1948 cuando se dio la guerra Arabe-Israeli y la ciudad fue capturada por Jordania. En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, las fuerzas israelí recuperaron toda la zona incluyendo el este de Jerusalén. Sin embargo, las Naciones Unidas declaró este anexo invalido y la mayoría de los países lo consideran Palestina ocupada.

En 1981, la UNESCO incluyó a Jerusalén en la lista de Patrimonio de la Humanidad.

Historia antigua

Según crónicas de La Biblia, Jerusalén fue conquistada por el Rey David en 1003 a.C. Antes, esta ciudad era de los los jebuseos, una tribu cananea. La Biblia dice que la ciudad estaba fortificada, hecho que fue comprobado por arqueólogos.

El hijo del Rey David, Salomón, fue el primero en construir el templo que le puso su nombre. Cuando murió en 962 a.C. creó una división en el pueblo judío y como consecuencia el país se dividió en dos: Israel con capital en Samaria y Judá con capital en Jerusalén.

La ciudad fue atacada muchas veces, pero resistió hasta el año 587 a.C. cuando fue conquistada por el rey Nabucodonosor II y pasó a ser parte del Imperio Babilónico. El templo fue destruido y los judíos exiliados hasta el año 530 a.C. cuando Persa conquista a Babilonia y permite el regreso de los judíos. Cuando regresaron a Jerusalén volvieron a construir el templo y su ciudad.

Segunda destrucción del Templo

Persia es conquistada por Alejandro Magno en 332 a.C. y eventualmente pasa a ser anexada al Imperio Romano en 64 a.C. El Rey Herodes construyó en 20 a.C. el actual Muro de Los Lamentos como la pared oeste del segundo templo. Fue conocido como un gran constructor y se dedicó a renovar el templo. Lamentablemente, el segundo templo fue destruido por el general Tito (que luego fue emperador romano) en el año 70 d.C.

Lo que actualmente se conoce como el Muro de los Lamentos fue la única parte que quedó del segundo templo que es accesible a los judíos para que recen. El general Tito lo dejó como un recordatorio de la victoria de Roma. Sin embargo, para los judíos fue un símbolo divino según una promesa hecha por Dios, que siempre quedaría una parte del templo.

Para el pueblo judío, este Muro de los Lamentos es el sitio más sagrado en la tierra.

De Judea a Palestina

El emperador Adriano reconstruyó la ciudad de Jerusalén en 135 pero decidió cambiarle el nombre a Aelia Capitolina, que obviamente causó una revuelta por parte de los judíos. Nuevamente exiliaron a los judíos de su ciudad y el territorio de Judea pasó a ser la provincia romana de Siria Palestina o Palestina.

La iglesia del Santo Sepulcro fue construida en el año 326 por el emperador Constantino y Jerusalén se convierte en uno de los lugares más importantes para el cristianismo. En 638 llegan los musulmanes y deciden que la ciudad también es sagrada para ellos. Entre 687 a 691 se construyó la Cúpula de la Roca en el centro del monte del Templo (antiguo templo del Rey Salomón) y en 710 la Mezquita de Al-Aqsa.

En los tiempos de las Cruzadas, el papa Urbano II en 1095 decide que tienen que recuperar la ciudad de los musulmanes. Masacraron a todos y crearon el Reino de Jerusalén con su propio Rey. En 1244 los musulmanes volvieron a tomar la ciudad. Tantas conquistas destruyeron las murallas una y otra vez. Las puertas y murallas de la ciudad que se ven actualmente fueron construidas en los años 1535-1542 por el sultán turco Solimán el Magnífico. Jerusalén continuó como parte del Imperio Otomano hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

El Monte del Templo

Hoy en día, cuatro paredes del antiguo templo existen, incluyendo el muro Occidental (Muro de Los Lamentos). Estas paredes creaban una plataforma plana (el Monte del Templo) sobre la cual se construyó el templo. Este sitio es sagrado para las tres religiones. Existen 11 entradas, pero 10 son reservadas para los musulmanes. Sólo una, la de Mughrabi, sirve para entrar si no eres musulmán y es custodiada por la policía israelí.

Tradición judía dice que sobre este sitio se construirá un tercer y último templo. Ya que es un lugar sumamente sagrado, muchos judíos no caminan sobre el mismo para no pisar el Sanctasanctórum o “Santo de los Santos”. Ese sitio contenía los Diez Mandamientos, que fueron entregados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. Se cree que se encuentra debajo de la Cúpula de la Roca.

Status quo

Desde que Israel tomó control de la zona en 1967 se impuso una restricción para mantener el status quo. Se prohibió poner la bandera de Israel en el sitio. Además, se puso la prohibición de entrar según temei ha’met (impureza por contacto con los muertos). Los judíos pueden visitar, al igual que los cristianos, pero sólo en calidad de turistas y en horarios asignados. Si no eres musulmán, no puedes rezar en el Monte del Templo. El lugar de rezo para los judíos es el Muro de los Lamentos.

Desde el siglo 18 existe la costumbre de poner papeles con plegarias a Dios en las rajaduras del Muro de los Lamentos. Los judíos creen que hay una presencia divina sobre la pared. Más de un millón de notas de turistas y judíos son colocadas cada año. Como no hay espacio son recogidas dos veces por año y quemadas en el Monte de los Olivos.

Han habido muchos conflictos en la zona por la desconfianza de la posibilidad de la destrucción de los sitios sagrados de ambas partes. En la actualidad, el Monte del Templo es custodiado por Jordania como parte del acuerdo del tratado de paz con Israel.

Para los judíos la piedra es sagrada porque fue donde Abraham se preparó para sacrificar a su hijo Isaac. Mientras que los musulmanes dicen que la roca es el sitio desde la cual el profeta islámico Muhammad ascendió al Cielo acompañado por el ángel Gabriel.

Mi visita en Jerusalén

La primera vez que fui no nos llevaron al Monte del Templo ya que éramos estudiantes invitados por el gobierno de Israel.

Cuando regrese al finalizar el curso sólo me quede una noche. Preferí ir a Belén en Palestina y conocer The Walled Off Hotel de Banksy.

Siendo honesta, sentí Jerusalén como una ciudad tensa. Cuando fuimos al Muro de los Lamentos vimos a las personas orando protegidas por francotiradores en los techos. Si observabas bien se podían ver puntos rojos en el piso. Me encanta ver la fe de las personas, pero a la vez odio la división que crean las diferencias religiosas.

Lo que más me gustó de Jerusalén fue mi hotel Villa Brown Boutique Hotel. Hay muchas opciones de hoteles en Jerusalén. También el mercado Mahane Yehuda donde pude probar comidas deliciosas, incluyendo muchas cosas típicas.

 

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