La Ciudadela de Amán es un museo al aire libre

Fuimos a la Ciudadela de Amán un viernes que es día de descanso en Jordania, ya que es un país musulmán. No habían carros así que fue muy fácil manejar a la ciudadela desde nuestro hotel en Amán. Si manejas, puedes estacionarte en un lote para buses y carros frente a la entrada. La ciudadela fue construida en Jebel Al Qala’a, la colina más alta de la ciudad. Asegúrate de apreciar las vistas panorámicas, incluyendo el espectacular teatro Romano de Amán que está muy bien preservado.

Como habíamos comprado el Jordan Pass, no tuvimos que pagar la entrada ya que es uno de los sitios incluidos en la lista de atracciones. Si visitas este país, lo más recomendable es comprar este pase que te permite entrar a los sitios más turísticos, con la excepción de Betania de Transjordania. Si no tienes el pase puedes pagar 2 JD para entrar.

La Ciudadela de Amán fue habitada hace miles de años

Pocos sitios en el mundo pueden decir que han sido habitados por tanto tiempo como la Ciudadela de Amán. Su historia empieza en el período neolítico, es decir, entre 10.000 y 2.000 a.C. En los tiempos antiguos, la ciudad era conocida como Rabbath-Ammon.

En la Ciudadela de Amán hay una cueva que data del siglo 23 antes de Cristo. Tumbas como esta existen en varios sitios en Amán y contenían varios entierros dentro. Cortaban la piedra caliza para poder construir estas cavidades en las cuales puedes entrar en tu visita. Años más tarde en el periodo Omeya (los mismos que construyeron Anjar en Líbano) la tumba fue limpiada y reutilizada para sacar piedras para seguir construyendo la ciudadela.

Artefactos encontrados de la era de bronce muestran que la colina fue una fortaleza o ágora, un espacio para el comercio y política. Una muralla de 1,700 metros rodea la ciudadela. Originalmente en la era de bronce y hierro usaron un material de yeso que hacia que los enemigos se resbalaran si trataban de subir. Luego fue reforzada en el período romano, bizantino y omeya.

Los griegos conquistaron la Ciudadela de Amán en el año 331 a.C. y la ciudad pasó a llamarse Filadelfia. En el año 30 a.C. llegaron los romanos.

No hicieron muchos cambios arquitectónicos. Más que todo se puede evidenciar su llegada por la cerámica encontrada.

Una iglesia bizantina en ruinas construida en 550 d.C. es lo que más caracteriza ese periodo. Sólo hay un plano de piso y una inscripción que dice “…fue pavimentada con mosaicos por el entusiasmo y trabajo … Ya no se puede ver los mosaicos.

La mano de Hércules

Otro sitio que está en la lista de Atlas Obscura es esta enorme mano de Hércules en la Ciudadela de Amán. Un grupo de arqueólogos encontró la mano que supuestamente fue parte de una gigantesca estatua mármol del semidiós Hércules. No es un dios porque fue el hijo ilegítimo de Zeus y Alcmena. Sólo sobrevivieron tres dedos de una mano y un codo.

El templo de Hércules fue construido en el periodo de Marco Aurelio en el siglo 1 a. C. Se cree que fue construido sobre otro templo de algún dios nativo más antiguo por una roca desnuda que se encuentra dentro del mismo. Esta roca pudo haber sido sagrada en el templo amonita de Milcom en el siglo nueve a. C.

No se sabe con exactitud si realmente existió esa estatua gigante, sólo se presume debido a la cantidad de monedas que se encontraron con la efigie de Hércules.

Tomando en cuenta el tamaño de la mano y el codo, la estatua debió medir unos 43 pies o 13 metros de altura, siendo una de las más grande esculpidas de mármol en la historia. La zona sufrió varios terremotos que probablemente causaron que se cayera el templo.

Período de los omeya

En 661 d.C. la ciudad se convirtió musulmana durante el período de los omeya que se quedaron hasta el año 750. Construyeron una estructura de palacio, conocida en árabe como al-Qasr. No duró mucho tiempo ya que la estructura sufrió daños producidos por un terremoto en 749 y nunca fue reconstruida completamente.

El palacio fue construido probablemente sobre un palacio griego. Lo que se puede ver hoy en día es la sala de espera, decorada con un enorme domo de bronce cubierto en madera por dentro.

Los visitantes tenían que esperar allí hasta que pudieran reunirse con el gobernador en su palacio atrás. Se nota la restauración de esta parte.

Junto a este sitio puedes ver las ruinas de un hammam, muy populares en el mundo árabe. Los residentes venían a socializar al baño público. En el área intermedio habían nueve edificios residenciales con acceso a la calle y plazas. Al norte, la residencia principal con una sala de audiencia y un cuarto de trono.

En 730 construyeron una enorme cisterna para recolectar agua de lluvia. No se gastaba ni una sola gota, ya que la ciudad no tenía ningún acuífero. Se construyó un sofisticado sistema de canales subterráneos para reciclar el agua en sitio. Agua era desviada de todos los techos a esta cisterna con 17,5 metros de diámetro.

Museo Arqueológico de Jordania

Te recomiendo entrar al Museo Arqueológico de Jordania que está frente a la mano de Hércules. Fue creado en 1951 para mostrar piezas encontradas en el sitio y en otros lugares de Jordania. Este museo solía tener los famosos Rollos del Mar Muerto que fueron encontrados en Jordania por un beduino.

Mucho de lo que se ve en el museo es del periodo Nabateo del siglo 4 a.C. a 106 d.C. El comercio de caravanas era la actividad económica más importante de los nabateos.

Todos los comerciantes del Golfo Arabe-Persa, Yemen y el Mediterráneo pasaron por Petra. Desarrollaron cerámica y fueron hábiles en la agricultura.

También hay una gran cantidad de figuras del periodo romano y helenístico incluyendo animales como leones.

El museo tiene un cráneo humano que muestra evidencia de trémolo, una práctica quirúrgica antigua que implica hacer un agujero en el cráneo del paciente. Se nota que sobrevivió a la primera operación, pero no se recuperó de los otros tres agujeros y murió justo después. Este cráneo fue encontrado en Jericó.

La pieza más interesante es la estatua Ain Ghazal que se considera de las figuras más antiguas hechas por el hombre. Fue hecha entre 8000-4000 a. C. y se encontró en un poblado cerca de Amán.

Una sección del museo esta dedicada a los entierros. Puedes ver enormes ataúdes hechos de arcilla para que las personas pudiesen descansar parados. El pedazo donde van las caras está cortado y era pintado con retratos de las personas muertas. Cada uno tenía dos o tres cuerpos cuando fue encontrado. Esta práctica de entierro data del siglo 13 a 7 a.C. y se hacia en muy pocos lugares, incluyendo Sabah al sur de Amán.

La ciudad de Amán creció alrededor de la ciudadela

Después de los omeya la Ciudadela de Amán entró en un periodo de declive bajo el gobierno de Ayyubid en el siglo 13. Aún así se añadió una torre de vigilancia en el sitio durante este período. Después fue visitado sólo por beduinos o granjeros. En la década de 1920, un grupo arqueólogos italianos, británicos, franceses, españoles y jordanos, empezaron a restaurar. En la actualidad una gran parte de la Ciudadela permanece sin excavar.

La parte más moderna de la ciudad de Amán está un poco apartada de las ruinas. Desde la ciudadela lo que puedes ver es la parte popular de la ciudad, que se camufla bien con el desierto.

Los edificios son tonos marrones y cremas, con pocos colores, usualmente de las mezquitas, que sobresalen. Una gran bandera de Jordania se puede ver en el fondo, ya que son muy orgullosos de su patrimonio.

Si no tienes carro puedes bajar unas escaleras para llegar al anfiteatro romano de Amán e ir a caminar a la central donde encontrarás muchos restaurantes y tiendas.

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