Domaine de Labourdonnais, una ventana al Mauricio de ayer

La Isla de Mauricio queda en el Océano Índico al igual que la isla de Reunión; ambas fueron colonias francesas durante el siglo dieciocho. Estas islas producían comida para los locales al igual que comodidades para los pudientes. Si quieres ver un pantallazo de cómo era la vida en aquellos tiempos no hay mejor sitio para visitar que Domaine de Labourdonnais.

Desde mi hotel en Grand Bay quedaba cerca esta antigua plantación al igual que el Jardín Botánico Sir Seewoosagur Ramgoolam. Visitamos ambos lugares en una mañana.

Avenida de los banyans

Al llegar hay una garita donde venden las entradas. Luego pasas por el jardín hasta finalmente llegar a una avenida con árboles masivos de ambos lados que enmarcan la Château de Labourdonnais. Es igual que las plantaciones en lugares como South Carolina, Louisiana o Georgia. Aquellos que vieron la película ‘Gone with the Wind’ pueden recordar la descripción de Tara, la mansión de Scarlett O’Hara. Es similar, sólo que en vez de ser un túnel de cedros, en Domaine de Labourdonnais encuentras banyans que son los árboles más grandes de la India.

Estos árboles fueron plantados en 1847 por Jacques de Chasteigner Dumée que compró la casa en 1821. Aún con la fuerza que tienen los banyans, sufrieron daños cuando los ciclones han atacaron la isla.

Château de Labourdonnais

La mansión fue construida en 1856 y ha sido la casa de la familia Wiehe por 150 años. En esos tiempos Christian Wiehe, de cincuenta años, estaba en la cima de su éxito y construyó la casa para mostrar su posición social. A los 32 se casó con su prima lejana de 16 años que le parió ocho hijos. Ella heredó Domaine de Labourdonnais de su familia y se volvió el propósito de la vida de Christian.

Entre el 2006 al 2010 fue completamente renovada para transportar a los visitantes a ver la vida en Mauricio en el siglo diecinueve. Una grandiosa terraza envuelve los dos pisos de la casa pintada de morado y crema. Como es típico de zonas campestres, la terraza servia como zona de estar.

La vida de la casa dependía de la bodega que estaba ubicada al lado izquierdo de Château de Labourdonnais. Era muy peligroso tener una cocina en una edificación de madera, por lo tanto, debía estar afuera en linea directa con la despensa. Cargaban toda la comida a través del jardín. En la pared de la bodega puedes ver una alacena de madera con artículos utilizados en esa era cómo potes de terracota para guardar comida seca, balanzas, botellas de vidrio y vajillas.

Una despensa con puertas con rejas protegían los alimentos perecederos. Las cuatro piernas de la despensa tenían recipientes con agua y aceite para mantener a los insectos lejos. Una jarra glaseada con sal preservaba el puerco y pescado.

Dos escaleras suben a la parte superior, una espiral de hierro en la terraza y una de madera más tradicional en la parte de adentro.

Arriba estaban las alcobas. Sólo queda una que muestra la vida tradicional con una cama con dorcel que combina con el papel de la pared. Junto a la cama hay vestimentas de la época que parece más para climas fríos que tropicales.

Historia de Mauricio

Pasando la habitación llegarás a un pequeño museo que cuenta la historia de la familia y de la isla de Mauricio. Los holandeses tenían la isla hasta el 20 de septiembre de 1715 cuando el capitán Dufrense d’Arcel tomó posesión llamándola “Isla de Francia”. La isla fue administrada por la Compañía Francesa de las Indias Orientales y era un punto de parada en ruta a las Indias.

Bertrand François Mahé de La Bourdonnais nació en 1699 y empezó sus aventuras marinas a los 10 años. En noviembre de 1734 lo nombraron Gobernador de la Isla de Francia y la Isla de Bourbon (hoy conocida como Isla de Reunión). El Museo Stella Matutina en Isla de Reunión cuenta la importancia de la azúcar para las islas del Océano Índico.

Cuando llegó ambas islas eran un desastre, sin soldados, marineros o trabajadores. Tampoco tenían nada plantado. Trabajó por 11 años sin parar organizando la isla. Cuando se fue había creado carreteras, mejorado el puerto y pueblo de Port-Louis, construido molinos, fortificaciones, hospitales, acueductos, galeras, etc.

Se montó un sistema de explotación de tierra basado en concesiones. Los colonistas recibían tierra a cambio de mejoras agrícolas con la ayuda de esclavos. Muchas familias exiliadas de una Francia con problemas decidieron adoptar a la isla como su nuevo hogar. La isla se llenó con una sociedad de personas intelectuales y ambiciosas. En 1767 se disolvió la Compañía Francesa y creció el comercio entre Francia y su colonia. No todo fue bueno ya que tuvieron muchos problemas incluyendo huracanes, la revolución francesa, viruela, entre otras.

Domaine de Labourdonnais

Las tierras de Domaine de Labourdonnais fueron consecionadas en 1774. En las mismas se estableció una refinería de azúcar. El nombre actual “Labourdonnais” se le dio en 1839. En Port-Louis hay un hotel lujoso llamado Labourdonnais Waterfront Hotel que no es de los mismos dueños.

Desde su inicio Domaine de Labourdonnais fue una plantación y refinería de azúcar. Desde la mansión se ve la chimenea y el antiguo molino. En 1920, Adrien Wiehe pidió que introdujeran la variedad BH 10 de caña a Mauricio. Hoy en día cubre 45% de la tierra cultivada con caña en la isla. Usaron un método revolucionario con bandeja de vacío para producir azúcar que ganó premios en la Feria Mundial de París. Siguieron creciendo hasta 1957 ganando el record por la mayor producción de azúcar de Mauricio. Al final no pudieron mantener el molino y se quedaron con sólo 540 hectáreas.

Siguen sembrando azúcar en 350 hectáreas que producen anualmente 35,000 toneladas de caña para obtener 2,800 toneladas de azúcar. 50 hectáreas son un huerto que produce 1,000 toneladas de frutas. Los cítricos incluyen mandarinas, calamondinas, naranjas, pomelos y limones. Al igual que frutas tropicales como piñas, guavas, papayas y lichis, Si deseas ver las plantaciones tienen un tren que te lleva en un tour de 45 minutos.

En el 2008 abrieron una destilería de ron. En las islas del océano Índico, se agrega frutas al ron. La mejor parte de la visita es la degustación que haces al final.

Recibes una lista con los diferentes tipos de ron al igual que bebidas tropicales y gomas de frutas. Puedes probar cuántos quieras, las veces que quieras. Aparte de los frutales también encuentras rones con vainilla y café.

Puedes comprar los productos que hacen en sitio y también puedes hacer tu propio ron si reservas un grupo con más de seis personas. Tienen un restaurante y una boutique al lado del espacio de degustación. Cuando visites Mauricio asegúrate de pasarte unas horas en la hermosa plantación de Domaine de Labourdonnais.

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