A simple vista, La Yeguada parece estar en Canadá no en Panamá. Un hermoso lago de 1,125 km² realmente es el cráter de un volcán primitivo llamado Cerro Verde que sirve para abastecer de agua a la hidroeléctrica del mismo nombre.
Los ríos San Juan y San Antonio alimentan el embalse que tiene una profundidad máxima de 6.5 metros. En sus aguas viven especies como sábalo, tilapia, carpa, guapote y otras, que son pescadas por los lugareños.
El Decreto 94 de septiembre de 1960 creo la reserva forestal de La Laguna de La Yeguada. Se dice que el pino fue sembrado en el gobierno de Omar Torrijos para pagar las deudas de Panamá a base de madera, no se si será cierto o no. Lo que si es cierto es que fue la primera reserva forestal del país.
Su superficie es de 7,090 hectáreas, de las cuales 3,000 están sembradas con pino caribe, que sirve para proteger la cuenca hidrográfica. Los pinos fueron sembrados por los lugareños, especialmente las mujeres de la zona, desde 1967.
Hoy en día, esta reserva a 1.297 metros sobre el nivel el mar pertenece al Ministerio de Ambiente de Panamá. La hidroeléctrica, que fue construida en 1967, es manejada por Gas Natural Fenosa y produce 6.6 MW de energía.
Por su belleza natural, La Yeguada se ha vuelto una de las zonas preferidas para acampar de los panameños y turistas.
¿Cómo llegar a La Yeguada?
Nosotros salimos de la ciudad de Panamá como a las seis de la mañana para aprovechar el día. Hicimos una parada técnica para desayunar en Penonome. Maneja por la carretera Panamericana hasta que llegues a Aguadulce. Debes estar pendiente unos 15 kilómetros después para virar a la derecha cuando veas un letrero que dice El Jagüito.
La carretera esta bastante bien asfaltada y ofrece un paisaje muy pintoresco a medida que vas subiendo por las montañas. Llegarás a Calobre unos 30 kilómetros después que viras. Si necesitas contactarte con alguien debes aprovechar ya que este es el último punto con buena señal de celular. Justo después hay unos pozos termales, que no tuvimos la oportunidad de visitar, pero si están señalizados en la carretera.
Era temporada de guandú, un tipo de frijol que se usa en la cocina panameña, y toda la carretera estaba llena de plantas florecidas. Nos detuvimos un rato en una casa para fotografiar unos pescados que estaban secando al sol, algo muy tradicional del interior de Panamá.
20 kilómetros más y llegarás a tu destino de La Yeguada. Vas a ver las maquinas de la hidroeléctrica y lineas de tubería que van bajando desde la montaña para alimentarla.
A medida que vas subiendo, el paisaje se va volviendo más montañoso, lleno de pinos. En total el viaje nos demoró unas 4 horas.
El resto de nuestro grupo decidió dormir en el Hotel Mykonos en Santiago y manejaron por otra carretera 17 kilómetros hasta llegar al distrito de San Francisco donde se encuentra una iglesia muy histórica. Allí debes doblar a la derecha y manejar 22 kilómetros hasta Calobre y luego 20 kilómetros más hasta La Yeguada.
¿Qué hacer?
Antes se permitía bañarse en el lago, pero ahora hay un letrero que dice que es prohibido. Hay una gran torre en el medio del lago que sirve para medir el nivel del agua.
Los lugareños y algunos turistas solían nadar hasta la torre pero en el 2016 se murió un joven de 17 años y creo que esa fue la causa de la prohibición. No hay salvavidas para atender pero pienso que si deseas bañarte en la orilla no hay problema.
Como fuimos en el verano, la brisa estaba bastante fuerte y creaba corriente. Muchas personas alquilan kayacs o llevan sus tablas de SUP para hacer ejercicio en el lago.
Puedes pasar el día explorando la cascada que está donde te registras.
El sendero es bastante transitable y tiene letreros que identifican la vegetación. Algunos son bastantes chistosos como uno que dice “no fumar el guarumo” que es utilizado por los indigenas (y los perezosos) para drogarse.
Cruza un pequeño puente para llegar a la famosa cascada que es un lugar ideal para bañarse. Debes tener cuidado ya que las piedras son un poco resbaladizas. El agua estaba fría pero se sentía muy bien por el calor que hacía afuera.
Si no deseas bañarte puedes subir unas escaleras rústicas para llegar a un mirador para tomarte una foto más de cerca. Es hermoso como se refleja la luz en el agua de la cascada y crea un arco iris.
Algunas personas acampan en La Yeguada para ir al Chorro La Silampa al día siguiente. Este chorro es popular por sus aguas cristalinas y queda en Chitra, en el distrito de Calobre. Debes caminas unas dos horas para llegar al mismo.
En la noche puedes hacer una pequeña fogata y sacar tu barbacoa para preparar la cena. Algunas personas llevan guitarras o música, pero es importante mantener el volumen bajo para no molestar a los otros.
Zonas para acampar
En el 2018 el Ministerio de Ambiente de Panamá mando una notificación de quitar el cobro de entrada. Antes se tenia que pagar $2 por auto, $2 por persona y $5 por tolda. Además había una regulación de capacidad de carga para la zona más cotizada que es frente al lago y se debía llamar para reservar.
Llegamos al puesto de Mi Ambiente donde nos atendió un funcionario que nos dijo que teníamos que registrarnos en el libro. Preguntamos sobre el pago y nos dijo que no sabia que había pasado pero ya no se estaba pidiendo. Luego vio mi cámara y me quiso cobrar $36 por la misma. Me dejó pasar después de que le dije rotundamente que no iba a filmar nada para uso comercial.
Hay varios terrenos privados que te permiten acampanar y tienen mejores facilidades que las que ofrece Mi Ambiente.
En la zona de registro (que esta cerca de la cascada) también se puede acampar. Tienen un baño feo y unas duchas que son un chorro cubierto por una estructura cuadrada de madera.
Nuestro grupo, que incluía niños, decidió dormir en el sitio frente al lago. Como llegamos temprano escogimos un buen espacio pero jamás pensamos que se iba a llenar tanto.
Cuando fuimos a La Cascada vimos unos buses llegar con más personas y nos asustamos. Sin exagerar, habían unas 200 toldas y más de 500 personas, en un lugar que antes solo permitían 7 toldas y 30 personas.
Hasta tarde en la noche seguían llegando personas, muchas muy mal preparadas, para montar sus toldas usando linternas. Cada grupo tenía su música y robaban la paz de la naturaleza del sitio. Obviamente no dormí en toda la noche y estuve de mal humor la mañana siguiente. Tienen policías hasta las 11 p.m. para “controlar el área” a pesar de los letreros que dicen que no hagan ruido.
Si visitas este precioso lugar te recomiendo que no vayas un sábado y menos los días festivos. Si lo haces no te quedes frente al lago.
¿Qué llevar?
Lo primero que debes de empacar es tu tolda de acampar, seguido por tu colchón inflable, almohadas, sabanas y toallas. Es preferible llegar temprano para poder escoger un buen sitio para montar la tolda y hacerlo durante la luz del día. Para más comodidad también puedes llevar sillas plegables.
Lo más practico es llevar una barbacoa con carbon y cocinar en ella. Otra opción son las estufas portátiles con gas que son muy buenas, incluso se mantienen cuando hay brisa.
Nosotros fuimos bien preparados y llevamos ambas, que nos permitió hacer café en el desayuno. Mi novio preparó mezcla de panqueques que fue un desayuno más elaborado pero aún bastante simple.
En la zona hay varios restaurantes pequeños y tienda de conveniencia.
Si tienes niños lleva bastante comida para picar y bebidas. Para los adultos puedes meter cervezas o vino en el cooler. Al día siguiente metimos toda la basura en bolsas que habíamos traído y paso un señor a retirarlas. Hay que pagarle $1 la bolsa que es bastante módico. Es importante que no dejes basura y mantengas la belleza del sitio.
Como no hay baño real en el sitio frente a la laguna, es posible alquilar un por $80 la noche con la compañía TecSan que lo deja en sitio y pasan a retirarlo. Eramos cuatro familias así que nos dividimos el costo y salió muy económico. Definitivamente que valió la pena porque la alternativa era “de mala muerte” como decimos en Panamá. Llevamos un candado para cerrar el baño y papel higiénico.