De todos los pueblos que fuimos en Italia, creo que él que más me gustó fue Tívoli. Italia tiene muchísimos lugares por visitar así que capas no sea mi favorito en todo el país pero sin duda lo fue en mi viaje. Nosotros pasamos casi una semana en un hotel en Roma ubicado cerca de la estación Tiburtina que es la segunda más grande y es un buen punto para salir a hacer viajes de día.
De Tiburtina a Tívoli en tren son unos 40 minutos. Ir en bus es más barato y rápido pero hay algo sobre los trenes europeos que me fascinan. Nosotros partimos tarde pero de verdad que vale la pena salir temprano o pasar una noche en un hotel en Tívoli ya que hay tanto que hacer. Italia es el país del mundo con más sitios considerados Patrimonios de la Humanidad según UNESCO. Sólo en Tívoli tienen dos lugares que son Villa Adriana y Villa d’Este.
Cuando llegamos a la estación de tren cruzamos un puente para entrar a Tívoli. Preguntamos cómo llegar a Villa D’Este y nos dijeron que eran unos cuantos minutos caminando.
Pasamos por Rocca Pia que fue construida por el Papa Pius II en 1461 durante el Renacimiento. Su construcción fue para controlar la población y mostrar el poder papal sobre la zona.
Corrimos con suerte
Parece que los lunes por la mañana Villa d’Este está cerrado y sólo abre por las tardes pero la mayoría de las personas piensan que cierra todo el día. Habían muy pocas personas así que era ideal para tomar fotos a pesar que el día estaba un poco gris. Nosotros fuimos para Semana Santa y cada mes cambia el horario. Siempre abre a las 8:30 a.m. (excepto los lunes) pero cierra dependiendo del sol.
Villa d’Este fue inscrito como Patrimonio de la UNESCO en el 2001. Tiene “ilustraciones notables y completas de la cultura renacentista en su forma más refinada”.
Ippolito II d’Este, fue el nieto del Papa Alexander VI e hijo del Duque de Ferrara. Por sus conexiones familiares fue nombrado arzobispo de Milán a los 10 años. Luego pasó a ser asesor del Rey Frances, Francis I. El pidió al Papa Paul III que nombrara Ippolito como cardenal con un alto salario. Trató de ser Papa cinco veces pero nunca fue nombrado y le dieron la posición de gobernador de Tívoli.
La casa del cardenal
Originalmente Villa d’Este fue un monasterio franciscano pero fue expropiado por el cardenal y convertido en su mansión. Contrató a Pirro Ligorio para construir la nueva villa y obtuvo mármol y estatuas de Villa Adriana. Empezó a demoler casas, edificios públicos y carreteras para tener suficiente espacio para su proyecto. La propiedad entera tiene 4.5 hectáreas. A pesar que el pueblo lo demandó, la obra siguió y hasta desvío el río Aniene para tener suficiente agua para las cascadas, piscinas, fuentes y juegos acuáticos.
Cuando murió el cardenal, la villa pasó entre miembros de su familia y terceros. Todos tuvieron problemas pagando los altos costos para mantenerla. Hasta que el estado italiano la compró después de la Primera Guerra Mundial.
Cada cuarto en Villa d’Este es una obra de arte que tienen una extraña combinación entre el viejo testamento y mitología griega y romana. Se nota que le han dado mantenimiento a los cuartos. Los detalles de los frescos son preciosos y coloridos.
Espectaculares jardines en Villa d’Este
Por más que la mansión sea impresionante, lo mejor de Villa d’Este son sus jardines del siglo 16. Durante el recorrido por la casa vas a salir a las terrazas y podrás observar una hermosa vista panorámica.
Al final saldrás en una terraza enorme para empezar tu recorrido por este jardín que tiene más de 500 fuentes y muchísimas esculturas. Los jardines tienen bastante influencia barroca.
Las Cien Fuentes (Cento Fontane en italiano) están en un pasillo y tienen casi 300 chorros con caras de susto que botan agua por la boca. En la parte de arriba hay gárgolas que parecen monos con alas.
En un extremo está la Fontana di Rometta y en el otro está la Fuente Ovalada. La idea es que de la Fuente Ovalada vengan las aguas de las montañas de Tiburtina pasando por el valle (las Cien Fuentes) y terminen en Roma (la Fontana di Rometta).
En 1571 se hizo la Fuente del Órgano (Fontana dell’Organo) que toca música cada dos horas, desde las 10:30 a.m., para cualquiera que pase por el sitio. La Fuente de Neptuno sin duda debe ser la más fotografiada por sus grandes chorros de agua que se pueden ver a través de tres estanques de peces que decoran el jardín. Esta fuente fue hecha en el siglo veinte justo debajo de la Fuente del Órgano para reemplazar una parte del jardín que se había deteriorado.
Otra fuente que me gusto fue la de los Dragones que está cubierta en limo y tiene patitos viviendo dentro.Esta fuente fue hecha para ilustrar la historia de Hercules que robó manzanas doradas del dragón Ladon. Pero fue cambiada de un dragón con cien cabezas a cuatro dragones, símbolo del Papa Gregorio, cuando fue a visitar el sitio en 1572.
¿Qué hacer en Tívoli?
Cuando salimos de Villa d’Este tratamos de ir a Villa Adriana, que fue la residencia de verano del Emperador Hadrian I en los tiempos romanos. Pero la suerte nos cambió porque a pesar que el bus es bastante económico, cuesta €1, debes comprar un boleto. Fuimos a varios sitios donde nos dijeron que vendían boletos y nadie tenía. El conductor del bus no nos dejo subir pagando en el bus y era como 30 minutos caminando.
Hay otra villa llamada Villa Gregoriana que fue hecha por el Papa Gregorio XVI en 1835. Estaba cerrada pero la vimos por afuera desde un puente que cruza el río Aniene.
Este parque fue construido en los pies de la antigua acropolis. Los que visitan pueden ir por un bosque para llegar a las cuevas de Neptuno y las Sirenas, que son parte de una colección de cascadas.
El pueblo es muy lindo para caminarlo y paramos en The Black Sheep Pub a tomarnos una cerveza. Probe una blanche de una cervecería artesanal local.
Después terminamos cenando en uno de los pocos restaurantes que encontramos abiertos, estoy segura que en temporada debe ser más concurrido. Luego tomamos el tren de vuelta a Roma.